El recinto gótico-mudéjar sirvió de sepultura para la familia sevillana de los Pineda

Las excavaciones en un almacén anejo a la Iglesia del Salvador de Sevilla han permitido aflorar la única capilla funeraria de los siglos XIV y XV que se ha encontrado, al menos en la capital hispalense, hasta el momento y han dado también nuevos datos sobre la antigua mezquita existente bajo este templo. Estos trabajos, que finalizaron ayer y han sido financiados por la Fundación El Monte, han hallado una capilla funeraria de estilo gótico-mudéjar en la que recibieron sepultura entre finales del siglo XIV y el siglo XVI al menos ocho miembros de la familia de los Pineda.

La Hermandad de Pasión de la Semana Santa sevillana usaba como almacén el espacio donde ahora se ha excavado, unas dependencias en el patio de los naranjos de la Iglesia del Salvador, y su traslado a raíz de las obras de restauración del templo permitieron a los arqueólogos comenzar a excavar, según explicó Álvaro Jiménez, que ha llevado la coordinación de estos trabajos.

Los trabajos arqueológicos han permitido ver cómo la capilla funeraria estaba abierta en sus lados norte y sur, aunque probablemente delimitada por rejas, y cerrada en su lado este aprovechando el muro de la antigua mezquita del siglo IX que se encontraba bajo la actual iglesia del Salvador.

Los Pineda fueron enterrados durante casi dos siglos en esta capilla, siendo Catalina Pineda la última de los miembros de este linaje de la que se tiene constancia que fue enterrada ahí, ya en el siglo XVI.

Por esas fechas, la familia se emparentó con los Ponce de León. Fue entonces cuando sus descendientes pasaron a recibir sepultura en otra capilla funeraria situada también en la antigua iglesia del Salvador.

  Una monografía de Emilio Gómez Piñol sobre el Salvador apuntaba ya, citando a Ortiz de Zúñiga, que en ese lugar habían recibido sepultura Pedro de Pineda, sevillano fallecido en 1436 en una expedición de reconquista de Gibraltar, y su padre, Francisco Bernal de Pineda, que fue nombrado por el rey Pedro I escribano mayor de Sevilla.

 Las prospecciones han confirmado esta hipótesis, explicó Álvaro Jiménez. El escudo heráldico de los Pineda, que representa un pino rodeado por ocho cabezas de lobo, se ha encontrado prácticamente intacto sobre una de las sepulturas. Los trabajos arqueológicos han permitido ver cómo la capilla funeraria estaba abierta en sus lados Norte y Sur, aunque probablemente delimitada por rejas, y cerrada en su lado Este aprovechando el muro de la antigua mezquita del siglo IX que se encontraba bajo la actual iglesia del Salvador. Este último descubrimiento ha cambiado las hipótesis que mantenían los arqueólogos sobre las dimensiones de la mezquita, que pensaban, coincidía con la iglesia.

Los Pineda fueron enterrados durante casi dos siglos en esta capilla, siendo catalina Pineda la última de los miembros de este linaje de la que se tiene constancia que fue enterrada ahí, ya en el siglo XVI. Por esas fechas, la familia se emparentó con los Ponce de León. Fue entonces cuando sus descendientes pasaron a recibir sepultura en otra capilla funeraria situada también en la antigua iglesia del Salvador.

Las obras de la primera iglesia barroca del Salvador, construida de 1671 a 1679, supusieron el olvido de esta capilla funeraria. Los arqueólogos creen que junto a la capilla de los Pineda, en la actual sacristía, podría haber otra capilla funeraria de la misma época, de una familia que se conocía como los Marteles, ya que los arcos de la cripta excavada encuentran correspondencia en los muros de la sacristía, un espacio que está aún por investigar.

La capilla de los Pineda que ha sido además de sacristía, almacén del campanero de la iglesia y de la Hermandad de Pasión podrá recibir a partir de octubre visitas guiadas por las obras del Salvador.